jueves, febrero 09, 2006

Day 13, 8 Febrer 06

Hoy me he dormido. No sé qué ha pasado pero se ve que no me ha sonado el despertador (el vibrador del móvil)... o igual no lo he oído... va a ser eso. Aun así, acostumbrada ya a correr, he llegado a clase a tiempo aunque luego me estaba sobando bastante en clase de alemán... Al acabar, he ido a la cafetería y, como ahora me he vuelto superprecavida y también supertacaña, sólo he pedido un vaso de agua caliente (hot water) en un vaso de la compañía COSTA (cómo no!), y le he metido un sobrecito de té que me he traído de casa. Sí quieren guerra, pues guerra van a tener! Me he puesto en la mesa donde está el azucar, las cucharas (que son palos de madera rollo los que te pone el médico "diga trentatréees!") y las servilletas. He cogido unos diez sobres de azúcar (a parte de los que me he puesto en el té) y unas mil servilletas. Y cuando he visto a Elise le he enseñado el botín "mira, ya tenemos servilletas!".

Ayer, por cierto, por primera vez nos dieron algo gratis en Hillheads, resulta que todos los martes a las 7.30 dan donuts y té en el edificio central, pero qué fuerte! Nadie sabe de dónde provienen, pero el caso es que a esa hora se llena el lugar. He oído historias de españoles que han llegado a superar los 11 donuts en dos horas. Que barbaridad!! Allí fuimos Elise y yo, a cebarnos de algo gratis que nos daba la casa. Qué buenos estaban ahi con mermelada y todo!

Después del té, he tenido que volver a la mítica-fatídica fotocopiadora porque resulta que las páginas del libro de alemán que me fotocopié ayer no eran las que tocaban. Como me daba palo volver a pedirle el libro al colega de Alaska que me lo dejó ayer, me las he fotocopiado de las fotocopias de Alena (la chica checa de mi clase de alemán), lo cual ha supuesto que todos los dibujitos y cuadritos del libro se vean de color negro puro, por hacer fotocopia de fotocopia. Pero me da igual. Paso de tocar una fotocopiadora en mucho tiempo...

Bueno, tras esta breve introducción, llega el relato de las trepidantes y surrealistas (pero mucho) aventuras de rojilla & Elise, conocidas como Las Crónicas de Narniaberdeen, El carro, los envases y la lluvia. Después de clase nos fuimos al LIDL porque necesitabamos hacer ya otra compra grande pues no nos quedaba casi nada. Al empezar a llenar el carro de botes que pesaban mucho, yo propuse un poco bromeando y un poco de verdad la idea de llevarnos el carro hasta el piso, lo cual nos puso en una dialéctica interesante:

1) Llevar el carro hasta Hillheads, lo cual puede suponer mucha verguenza y arriesgar nuestras vidas subiéndolo por una cuesta que flipas.

2) Arriesgar nuestras vidas subiendo la misma cuesta que flipas, a la vez que sufrimos por nuestras manos doloridas con el peso de las bolsas por las que habremos pagado un huevo de dinero.

Al final la opción uno venció. No soporto el dolor de transportar bolsas que pesan más de tres quilos cada una.

Así que, ahí nos veis, Elise y yo mano a mano con el carro del LIDL lleno de comida, subiendo por la costera hacia la residencia, haciendo después entrada triunfal (mientras tarareábamos The Lord Of The Rings) por la puerta principal y subiendo, minutos después, el carro por el escalón para meterlo en nuestro bloque de pisos, bajo la atenta mirada de Jenny nuestra compañera de piso irlandesa, la cual no daba crédito a sus ojos (lo de no dar crédito a tus ojos se ve que te ocupa mucho tiempo y espacio en el cerebro, porque ni de coña se le ocurrió bajar a ayudarnos!). Una vez arriba, nos encontramos con que la casa estaba invadida por la señora de la limpieza, la cual nos miró de forma amenazadora, como de "ni de coña metéis todo eso ahora en la cocina". Así que decidimos descargar en el cuarto de Elise, y luego fuimos entrando las cosas poco a poco, en dos o seis viajes. Ahora tenemos un armario lleno y el otro casi-lleno. Ah! no sabes lo del otro armario! Ante el pasotismo de nuestras compañeras (si Don Limpio es Dios, ellas son el anticristo), nos entró un ramalazo de rabia y ansiedad (a Elise más que a mi, la verdad, pero un poco sí que se me contagió) y nos pusimos a vaciar uno de los armarios que utilizaban para meter todas las bolsas de plástico de cuando vienen de comprar, y apropiárnoslo con nuestra habitual discreción. Así que ahora tenemos dos armarios y mucha comida, da gusto verla y saber que hasta dentro de unas dos semanas (quizá tres!) no tendremos que pasar por el LIDL.

En cuanto al montón de mierda de la esquina que sirve de albergue juvenil para las cochinillas del polvo que Elisa descubrió el otro día (creo que ya hablé de ello), aquellas han hecho caso omiso. Al parecer, un extraño ser dejó toda esa ropa en el rincón hace miles de millones de años, y es por eso que no pertenece a ninguna de ellas. Y es por eso que ninguna va a mover un dedo para quitarlo. Al menos las dos Jenny han puesto cara de asco cuando se lo hemos dicho (lo de los bichos), porque ayer por la noche se lo dije a Carol y me miró con cara de ("sí... y? Me da igual convivir con insectos, es parte de mi cultura"). Hace un ratito me he asomado y he visto a Elisa haciendo cosas raras en el aseo, pero he pensado que se estaría lavando los dientes de forma estrambótica... Ahora acabo de salir y resulta que lo que hacía era pelearse con la manada de bichos y quitar la mierda de la ropa para meterlo todo en una bolsa para tirar. Se ve que no lo podía soportar más y, como a ella le resbala lo del asco a los bichos pues se ha lanzado al abismo y los ha quitado. Qué valor. Lo fuerte es que las tías guarras lo único que han dicho ha sido "ohh! qué valiente eres" y ni se han inmutado. Ni siquiera han sido capaces de tirar su bolsa de mierda a la basura. Hay que joderse... Pero eh! Hay noticias buenas!! Hoy han venido los reyes!! Han llegado en forma de una amiga de Gloria que nos ha traido dos sacos llenos de cosas envueltas. Cuando lo hemos desempaquetado, hemos visto la calidad:
- Un plato
- Dos juegos de cubiertos, incluyendo tenedor, cuchillo, cuchara, y una cucharita para el té
- Un cuchillo que corta
- Tres vasos
- Tres tazas
- Una espumadera
- Dos cuencos
- Caramelos
- y creo que ya está.

No os podeis imaginar la ilusión que nos ha hecho, pensar que ya no tenemos que usar los cubiertos de las cochinillas de nuestras compañeras! Al menos así sólo los fregaremos cuando acabemos de comer (y no antes y después, como hacíamos con los suyos) y tendremos mucha más libertad de movimientos... qué calidad, gracias Gloria!!!

Bueno, volvamos al tema importante de hoy, las crónicas. Cuando hemos decidido volver a dejar el carro en el LIDL (ya que hacía sol), se nos ha ocurrido también coger una de las bolsas de reciclaje que tienen a rebentar de envases. Y la hemos bajado al contenedor, para ver si pillaban ejemplo. Pero nada. Indiferencia otra vez. Estos ingleses no pillan ni una indirecta, o es que pasan por completo del calentamiento global y otros temas del género! Además de no reciclar, se dejan TODAS las luces TODO el día encendidas, con lo que Elisa se pasa TODO el día apagándolas. El otro día Carol le dijo ("no pasa nada! no ves que no pagamos luz?"), y Elisa la miró con cara de ("mira nena, no tengo tiempo ni saliva para explicarte los conceptos de ahorro de energía, petróleo y ecología, así que déjame que apague la puñetera luz en paz y cállate"). Joder ya me he ido por los cerros de úbeda (me encanta esta expresión, es tan encarnina -de encarna, la profesora de griego de bachiller). Vale, allá que salimos Elise y yo con el carro del LIDL y la bolsa de reciclaje, y allá que, nada más abrir la puerta, se pone a llover a lo bestia. Como ya estabamos concienciadas de dejarlo, decidimos ponernos la capucha y cumplir con nuestro cometido. Cuando íbamos hacia el contenedor, como hacía un viento que flipas, se empezaron a volar los envases y no os imagináis la que liamos en un momento allí, también bajo la mirada atenta fría y calculadora de nuestra compañera de piso, que se partía de risa con el espectáculo. (N de la T: reirse también ocupa gran parte de su cerebro, pues tampoco esta vez cayó la breva de que se le ocurriera bajar a ayudarnos a tirar LA BASURA QUE HA ESTADO ACUMULANDO DESDE SEPTIEMBRE.

El camino hacia LIDL con el carro vacío ya fue más ameno. Aunque lloviera un poco, habíamos superado la verguenza por completo (es algo que se pierde fácilmente aquí: situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas!), e incluso nos divertimos dejando el carro suelto costera abajo a ver hasta dónde llegaba. Fue llegar al LIDL y empezar a hacer sol otra vez. Qué casualidad, hombre! Entonces decidimos aprovechar el buen día e irnos directas a la playa, a saludar y luego volver a hacer la comida. Allà llegamos tras un ratito de andar (unos cinco minutos, o diez en línea recta, atravesando un campo de golf que amablemente han colocado para que ni siquiera en Escocia me olvide de mis queridos amigos Los Peperos. Tras disfrutar del hermosisísimo panorama (y hacernos algunas fotikis ), volvimos a nuestro nido. Y, igual que cuando llegamos al LIDL paró de llover, esta vez fue girarnos y dar un paso hacia Hillheads, y empezar a llover otra vez, pero a lo bestia, a lo bestia, bestia. Más fuerte de lo que nunca veréis en ese país donde a veces se habla de "gota fría". La madre que nos parió, la Gota Fría fue lo que sentimos en nuestros vaqueros chopados mientras corríamos durante un cuarto de hora hasta llegar a nuestro piso. Qué dolor! Las piernas en carne viva, nos quemaban del frío!! Incluso se me rompió el paraguas, y me pareció escuchar a un viandante que, muy amablemente, me decía "get an umbrella!!!!" (consíguete un paraguas!)... el muy desgraciao! No tengo fotos de este momento, era demasiado... demasiado... demasiado.

Comimos a las tres, y como no había manera de entrar en calor (por cierto, fue entrar en casa y salir el sol otra vez, QUE FUERTE), nos pusimos a ver una peli horrible cuyo título PASO de recordar. Luego nos hemos ido a los ordenadores y, cuando estábamos allí mirando el email, me he girado un momento y he visto que caían unos peazo copos de nieve flipantes. Así que de la emoción, he dejado el portátil en la mesa (custodiado por una alemana) y me he salido a la calle para que me nevara encima un ratito. Luego me ha dado frío y he vuelto a entrar, pero el momento ha sido muy emotivo :)

Hemos estado un rato en la sala de música, para descubrir los talentosos compañeros de aventuras que tenemos. Los dos franceses tocan el piano, y los dos italianos también. Luego Enrika se ha traído la guitarra eléctrica y ha molado mucho. Yo llevaba la mía calidosa, aunque no se oía mucho al lado de la eléctrica!! También había una batería en la sala de música, a parte de los dos pianos. Ha molado muuucho. Al ratito (cuando ya empezaba a tener dolor de cabeza, tantos instrumentos sonando a la vez!), ha entrado un danés y se ha puesto a tocar la canción de Bruce Springsteen (everybody's got a hungry heart), así que le he dicho que me la enseñara. Tengo cuatro meses para aprender esa y otra que me está enseñando Jonathan. A ver si es verdad y cumplo mi objetivo de practicar todos los días hasta que me salgan!

Al volver hemos pasado por el Watering Hole, que estaba plagado de españoles viendo el futbol. Como bien he dicho, hemos pasado (de largo). Yo he hablado con una catalana que es super maja y otros dos catalanes que también acaban de llegar, pero en seguida nos hemos ido a cenar. Luego ha pasado lo de los bichos, y luego... luego aquí estoy escribiendo las crónicas del día de hoy. Me voy a sobar porque mañana he decidido madrugar para no ir de culo otra vez a alemán!

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"Jo tinc un amic que els bitxos se li van menjar. Quan no era el pulgó, eren les erugues. Quan matava les erugues, li sortia la cochinilla, nom lleig, també, cochinilla... Cochinilla es un insecte guarro...m'entens? Diu:Que hi ha que menjar...Aquest cactus?."

A. Buenafuente.

AU!

01:50  

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